Suplicio Interminable
[La esperanza es el peor de los males... pues prolonga el tormento del hombre]
Deliciosa cueva de tormentos prolongados, la esperanza, el suave pasar de las navajas de la muerte por tus manos carcomidas, el eterno descender de las gotas carmin por tus muñecas destrozadas, pequeño resplandor moribundo al final de un agujero sin comienzo... ¿y su final?, Punzante desengaño asesino de un corazon desangrado.
Melancolico lago de negrura inmensa, que te sumerge entre los brazos de el profundo abismo, la esperanza, espora venenosa que adormece tus sentidos, veneno palpitante entre los pliegues de tu cuerpo.
Retraso letal de la muerte, con una dosis extra de sufrimiento lacerante, llamas frias salidas de la boca de un demonio hermoso, rosa blanca que brota de la mente del dueño de tinieblas.
Sollozo intermitente de un altibajo del corazon. Lagrimas que corren y regresan por el mismo camino desolado y negro, mordida vampiresca que alarga los letargos entre lo inconsciente y el enamorado, corte profundo e interminable, que parte a la mitad lo que queda de razon. Adormecimiento del pensar, preparado para un sueño lento doloroso y prolongado.
Esperanza. Asesino entre los muertos, alas de un lamento que surca sobre cielos moribundos, esperanza, el caer y la asencion de las gotas de sangre que tiran a darte, aguja introducida en tu craneo por una sadica enfermedad, o una sadica enferma ¿Que se yo?...
Esperanza, el deseo de cambiarla por un lugar en el infierno, el preferir ser devorado por espinas ponzoñosas a sufrir sus tormento lento y despiadado. Esperanza... Esa bella devoradora de huesos, esa que prolonga los lamentos, los alaridos, el sufrimiento. La esperanza, simple palabra entre los mortales, capaz de deshacer al mas frio de los infiernos.
Deliciosa cueva de tormentos prolongados, la esperanza, el suave pasar de las navajas de la muerte por tus manos carcomidas, el eterno descender de las gotas carmin por tus muñecas destrozadas, pequeño resplandor moribundo al final de un agujero sin comienzo... ¿y su final?, Punzante desengaño asesino de un corazon desangrado.
Melancolico lago de negrura inmensa, que te sumerge entre los brazos de el profundo abismo, la esperanza, espora venenosa que adormece tus sentidos, veneno palpitante entre los pliegues de tu cuerpo.
Retraso letal de la muerte, con una dosis extra de sufrimiento lacerante, llamas frias salidas de la boca de un demonio hermoso, rosa blanca que brota de la mente del dueño de tinieblas.
Sollozo intermitente de un altibajo del corazon. Lagrimas que corren y regresan por el mismo camino desolado y negro, mordida vampiresca que alarga los letargos entre lo inconsciente y el enamorado, corte profundo e interminable, que parte a la mitad lo que queda de razon. Adormecimiento del pensar, preparado para un sueño lento doloroso y prolongado.
Esperanza. Asesino entre los muertos, alas de un lamento que surca sobre cielos moribundos, esperanza, el caer y la asencion de las gotas de sangre que tiran a darte, aguja introducida en tu craneo por una sadica enfermedad, o una sadica enferma ¿Que se yo?...
Esperanza, el deseo de cambiarla por un lugar en el infierno, el preferir ser devorado por espinas ponzoñosas a sufrir sus tormento lento y despiadado. Esperanza... Esa bella devoradora de huesos, esa que prolonga los lamentos, los alaridos, el sufrimiento. La esperanza, simple palabra entre los mortales, capaz de deshacer al mas frio de los infiernos.