sábado, julio 31, 2004

El amor en tiempos de colera II

Penso todas las formas posibles de entrgarsela, penso en darsea directamente pero era muy arriesgado, penso en darsela a alguien mas para que la entregara, pero no queria que esa otra persona supiera de sus intenciones secretas. Tenia que entregara el mismo, pero como?. Mientras tanto la tia no era nada tonta, desde el tercer dia que Rafael se sentaba en el parque a esperarlas, esta se empezo a dar cuenta de sus intenciones, y poco a poco se lo conto a Alejandra.

Dijo que tantos encuentros no eran casuales, y que no era por ella que se tomaba tantas molestias, la tia tenia un buien instinto de vida y el hecho de que alguien se interesara en su bella sobrina le causaba alegriay emocion, pero Alejandra todavia estaba a salvo de la simple curiosidad del amor, hasta este momento el joven Rafael Cervantes solo le causaba un poco de lastima porque le parecio que estaba enfermo. Pero a tia le dijo haber vivido mucho para conocer la indole de un hombre, y estaba convencida de que aquel muchacho que se sentaba en el parque a esperar horas solo para verlas pasar unos instantes delante de el solo podia estar enfermo de amor.

Asi que la aparicion de Rafael Cervantes fue una de las muchas diversiones intimas que compartian, cuando pasaban por el parquecito competian por ver quien encontraba al muchahcho escualido, de negro, poca cosa que finjia leer bajo los arboles, pobrecito habia dicho la tia, no se atreve a acercarse porque estoy contigo, pero un dia lo intentara si sus intenciones son seria y te entregara una carta. Per rafael no podia contenerse mas, un dia pasando por casa de ella, esperando verla en la ventana tomando sus lecciones, logro encontrarla y vio como la tia con una mirada disimulada se daba cuenta de su presencia si dar explcaciones salia de la habitracion de donde estaba con Alejandra.

Esa era la oportunidad que tano esperaba sin siquiera pensarlo, corriendo y tropezando fue hacia la ventana de esa casa tan exttraña. -Solo pido que me acepte esta carta. No era la voz que ella esperaba de ese muchacho raro, pero atractivo, su voz era grave y tranquilizadora, sinceramente tenia una buena voz otra de sus virtudes. -Esta bien puede enregarmela. -Ella se volteo y se miraron a los ojos, por fin estaban frente a frente, ella era hermosa, sus ojos eran hipnotizantes, te hacia caer en un sopor casi instantaneo, Rafael estaba enamorado de ella, le entrego la carta, el solo roce de su piel hizo que todo sus sentidos se despertaran. -Ahora vete porfavor, que mi a mi padre no le agradara enconrarlo aqui, vuelva cuando yo se l pida. Diciendo esto, el se dio media vuelta y se fue, estaba completamente embriagado con su imagen, de `por si el era distraido, pero en esos dias andaba copletamente en otro mundo, solo pensaba en volver a verla, en volver a sentir su piel. Empezo a esperar la carta con tanta ansiedad que no comia, casi no dormia, estaba palido, lo llevaron al medico y este solo encontro que el tenia necesidad urgente de morir, le basto hacerle un interrogatorio para descubrir que los sintomas del amor son los mismos que los de una enfermedad mortal. Su madre le daba animos, le decia: -Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, estas cosas no duran para toda la vida.

Continuara...